¡Hola a todos/as!
En la entrada del día de hoy
hablaré haciendo referencia al vídeo de “Vestido nuevo” de Sergi Pérez. Este corto
también tuve la oportunidad de visualizarlo en otra asignatura y me parece que es
un vídeo que da que pensar y, sobretodo, reflexionar con respecto a la
transexualidad y como se vive actualmente en nuestra sociedad.
Desde un primer momento
podemos ver como Mario habla de lo mucho que disfruta el día de carnaval y
sobre como es un día en el que cada quien puede decidir cómo ir al colegio. Desde
mi punto de vista, considero que a Mario le gusta tanto el carnaval porque es el
único momento en el que puede mostrarse como realmente es, sin tapujos ni prejuicios,
pues es un “excusa” para explicar la vestimenta que lleva puesta, la celebración
de una festividad. Es un día en el que puede sentirse libre por un momento, sin
preocuparse por los comentarios que puedan llegar a hacerle con respecto a cómo
se ve a sí mismo.
En relación a si la actuación del profesorado y del personal de administración es la correcta o no, creo que no tomaron la mejor postura ni actuaron de la mejor manera. Podemos ver claramente como la maestra no tenía ni idea de cómo reaccionar ni afrontar la situación que estaba viviendo por lo que simplemente se limito a decir que el niño iba “vestido de niña”, como si a estas alturas de verdad fuese necesario categorizar aquello que es considerado como ropa de niña o de niño, únicamente por seguir con los estándares de lo que esta socialmente aceptado o lo que es “correcto” para un niño y para una niña.
Por otra parte, se puede
observar cómo el director culpa directamente a la familia por el comportamiento
que está mostrando Mario. Más concretamente se culpa al padre de este, ya que lo
primero que hacen es reprocharle el hecho de cómo no se da cuenta que ha salido
así vestido de casa y de no haberle acompañado al colegio. El padre del niño me genera cierto desconcierto,
pues por una parte se puede ver como siente vergüenza ante el hecho de que su
hijo este vestido con la ropa de su hermana en el colegio, pero también cuando
sale de la dirección, a pesar de que intenta ocultar su vestimenta dándole su
saco, lo ve con ternura y, a mi parecer, también con un poco de lástima y
tristeza debido a que se siente mal por el hecho de que su hijo este recibiendo
tantas críticas y acoso, tanto por parte de sus compañeros/as de clase como del
profesorado. Creo que todos estamos de acuerdo en que la reacción del padre no
fue la mejor de todas ni la más esperada y en que, quizás, aunque los demás no estén
de acuerdo con la apariencia de su hijo, debería de haberlo apoyado, aceptado y
amado tal y como es y, sobretodo, defendido, sin hacerle sentir como que estaba
haciendo algo malo por expresar sus deseos y por mostrarse tal y como es.
Con respecto a la conducta
mostrada por sus compañeros/as, podemos ver que hay una gran intolerancia a lo
diferente, al cambio. Son conductas de desconocimiento y miedo, además de ser inadecuadas
e irrespetuosas. También se reflejan las creencias, los valores y la cultura
que se les han sido inculcados, ya sea en casa o en el mismo centro, pues todos
sabemos que las personas no nacemos odiando a nada ni a nadie sino que,
simplemente, se puede decir que, “aprendemos” a hacerlo. Asimismo, hay que tener en cuenta que siempre
los más pequeños/as repiten lo que han ido escuchando en casa por lo que si nos
ponemos a pensar en el niño que se dirigió a Mario como “maricón”, nos hace
entender que lo más probable sea que dentro de su ámbito familiar existe una
tolerancia cero a este tipo de situaciones.
Ahora, en cuanto al
comportamiento de Mario sobre su orientación sexual y su identidad de género, se
puede ver claramente cómo este se siente más cómodo al vestirse con ropa de
niña y al pintarse las uñas. También podemos observar como él tiene claro lo
que quiere, pero a la vez siente miedo por las opiniones de los demás y por
ello ansia tanto la llegada del carnaval. En estos casos lo más lógico y
recomendable sería hablar directamente con Mario y no asumir ni sacar
conclusiones para, de esta manera, saber cómo se siente. Aunque ya tengamos más
o menos una idea clara de lo que sucede, es mejor hablarlo para que el niño también
se sienta cómodo y tranquilo.
Por último, este tipo de
situaciones se llegaron a hablar en el centro donde realicé las prácticas. No
se había dado el caso, pero sí que se planteo un plan de acción en el hipotético
caso de que sucediese que un niño o niña no se sintiera identificado/a con su
sexo, sino con el sexo contrario (en la charla habían planteado si el niño/a
quisiese ir al baño del sexo contario al suyo, ¿que se debería hacer?). Obviamente,
se llegó a la conclusión de que el tema sería tratado con normalidad y que se
le permitiría ir al que se sintiese más cómodo/a, sin obligarle a ir al que “pertenece”
según su sexo. Asimismo, se hablaría tanto con los compañeros y compañeras del
alumno/a como con la familia para que la situación fuese vista con naturalidad.
En conclusión, considero que
este tipo de situaciones deben ser vistas como oportunidades de aprendizaje,
pues podemos trabajar la empatía, el respeto, la tolerancia, el conocimiento de
sí mismo, la diversidad y la libertad. Sobre todo la libertad de expresión, que
es algo que muchas veces no se llega a conseguir del todo dentro de la sociedad
en la que vivimos debido a la cantidad de prejuicios existentes.
- Oriana C. Freites Sousa
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